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"Solidaridad con las personas refugiadas" es el lema del Día Mundial de las Personas Refugiadas de este 2025, una fecha que, cada 20 de junio, nos invita a honrar la resiliencia de quienes se han visto obligadas a abandonar sus hogares, y a recordar que la solidaridad no es solo una palabra: implica acciones concretas.
Un ejemplo de ello es la puesta en marcha junto a la Fundació Ordesa de un nuevo espacio seguro en el campo de personas refugiadas de Kyaka II, en Uganda.
El desplazamiento forzoso está alcanzando cifras sin precedentes. Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 123 millones de personas en todo el mundo han sido forzadas a huir por conflictos, violencia, persecuciones o desastres, donde el rostro del desplazamiento es predominantemente femenino e infantil. Sólo Uganda, alberga a 1,8 millones de personas refugiadas, país en el que Farmamundi mantiene proyectos en marcha.
Kyaka II: un refugio masificado en busca de soluciones
Una de esas iniciativas en Uganda es la construcción y puesta en marcha de un centro multifuncional en el asentamiento de personas refugiadas de Kyaka II gracias a un proyecto liderado por Farmamundi y la Fundació Ordesa. Más de 1.000 personas participan de este espacio que ofrece atención materno-infantil, asesoramiento psicosocial y un área infantil segura, combinando salud, protección y educación en un contexto de alta vulnerabilidad. Entre los principales logros destacan la atención médica a 405 mujeres, la entrega de 500 kits nutricionales a familias y la realización de más de 180 talleres educativos.
Ubicado en el oeste de Uganda, Kyaka II alberga a más de 113.000 personas refugiadas, en su mayoría procedentes de la República Democrática del Congo. Se trata de uno de los asentamientos más poblados y con mayores desafíos estructurales del país. A pesar de los esfuerzos institucionales, los servicios sanitarios, la protección a la infancia y los espacios seguros son insuficientes para atender las necesidades de una población creciente.
“La situación en Kyaka II es especialmente grave para mujeres embarazadas, madres lactantes y menores de cinco años, quienes enfrentan mayores riesgos de desnutrición, enfermedades infecciosas, violencia de género y trastornos psicosociales derivados del desplazamiento forzoso”, explica la presidenta de Farmamundi, Sara Valverde.
Una iniciativa con impacto real: salud, seguridad y esperanza
Este nuevo espacio multifuncional seguro y adaptado a las necesidades de la población que reside en Kyaka II integra:
“Estas nuevas instalaciones que impulsamos desde la Fundació Ordesa y Farmamundi priorizan la seguridad, la privacidad y representan un punto de inflexión en la atención integral a las familias refugiadas ofreciendo un entorno donde cuidarse, aprender, jugar y compartir”, afirma la presidenta de la Fundació Ordesa, Isolda Ventura.
Más de 180 sesiones educativas sobre nutrición y salud comunitaria
Durante los dos años de implantación del proyecto, se han logrado que:
Participación comunitaria y enfoque de derechos
La iniciativa ha contado con el “liderazgoactivo de estructuras comunitarias dentro del asentamiento, como los Comités de Bienestar de Refugiados, promotoras de salud y redes de apoyo. Se ha trabajado con un enfoque basado en derechos humanos, igualdad de género, sostenibilidad y participación local”, cuenta Muhawe Leah, coordinadora del Espacio Seguro de Bwzira-Ordesa de Africa Humanitarian Action (AHA). Además, el proyecto ha sido desarrollado en coordinación con autoridades locales, el Ministerio de Sanidad de Uganda, ACNUR y la Oficina del Primer Ministro (OPM), responsables de la gestión de la respuesta humanitaria en el país.
“Este centro es mucho más que una infraestructura: es un espacio de confianza, donde madres y niños se sienten seguros, reciben atención, aprenden y recuperan la esperanza”, concluye Muhawe Leah.
Desde Farmamundi y Fundació Ordesa se subraya que este tipo de acciones ponen en el centro la dignidad y los derechos de las personas refugiadas, demostrando que la cooperación internacional puede generar cambios estructurales y sostenibles.
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