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Los sérums faciales con aloe vera se han hecho cada vez un hueco más importante en la oferta de dermocosmética avanzada. A continuación, te contamos todo lo que pueden hacer por ti y por tu rostro.
Sabemos lo que pasa con algunas cremas, que prometen hidratación, pero dejan la cara brillante o con sensación pesada. Sin embargo, con un sérum facial con aloe vera, eso no ocurre. Gracias a su textura ligera y a la capacidad natural de este ingrediente para retener agua, la piel se hidrata sin saturarse.
Esto es principalmente útil si tienes piel mixta o grasa. En lugar de taponar los poros, el aloe regula el exceso de sebo y deja un acabado fresco, como si acabaras de salir de la ducha. Y lo mejor es que esta hidratación no se evapora en diez minutos. Al contrario, se mantiene durante horas.
Si una piel "se enfada" por todo (el viento, el sol, los cambios de temperatura o incluso algunos cosméticos), entonces necesitas algo que la calme de verdad. El aloe vera, en ese sentido, es como un abrazo para la piel irritada. Tiene propiedades antiinflamatorias naturales que alivian el enrojecimiento, el picor o la tirantez en pocos minutos.
Y no hablamos solo de sensación. El aloe también ayuda a reparar la barrera cutánea, lo que significa que la piel se vuelve más fuerte con el tiempo. Esto se traduce en menos brotes, menos reacciones y una textura mucho más uniforme.
Sí, el aloe también tiene superpoderes antiedad. Puede que no lo parezca, pero es rico en antioxidantes naturales como las vitaminas C y E, que protegen la piel del daño causado por los radicales libres. Y eso, en la práctica, significa menos arrugas, más firmeza y mejor elasticidad.
Lo interesante es que este ingrediente no se limita a prevenir, también repara. Estimula la producción de colágeno y acelera la regeneración celular, lo que ayuda a suavizar líneas de expresión, cicatrices o pequeñas manchas.
Hay un antes y un después en la piel cuando está realmente hidratada y calmada. Y es ahí donde el aloe vera hace magia. Al mejorar la circulación y reducir la inflamación, devuelve la luminosidad natural del rostro.
Este efecto se nota sobre todo si se aplica por la mañana. En pocos segundos, tu cara parece más descansada, como si hubieras dormido ocho horas (aunque no sea el caso). Incluso puede reemplazar a la prebase si eres de las que se maquilla, ya que la piel queda lisa, fresca y con un tono más parejo.
Como has podido ver a lo largo de este artículo, los sérums con aloe vera son mucho más que un producto hidratante. También calman, regeneran, equilibran… y además, se adaptan a cualquier tipo de piel y a cualquier rutina. Así que, si aún no los has probado, ¿a qué estás esperando? Te aseguramos que te van a encantar.