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La OMS ha publicado por primera vez unas directrices globales que avalan el uso prolongado de terapias con agonistas del receptor GLP-1 en adultos con obesidad (IMC ≥ 30), salvo en mujeres embarazadas. El organismo reconoce la obesidad como una enfermedad crónica, progresiva y recurrente, que requiere un manejo a largo plazo.
La World Health Organization (OMS) publicó el pasado 1 de diciembre de 2025 sus primeras directrices globales —y vinculantes a nivel internacional— para el uso de terapias basadas en agonistas del receptor GLP-1 en el manejo de la obesidad en adultos. Este cambio representa un paso histórico: considera la obesidad no solo como un problema de estilo de vida, sino como una enfermedad crónica que requiere tratamiento continuado.
Estas terapias pueden emplearse a largo plazo en adultos con obesidad (IMC ≥ 30), excepto en mujeres embarazadas. La recomendación es "condicional", debido a la evidencia limitada sobre eficacia y seguridad a largo plazo, mantenimiento de peso tras la suspensión, costes elevados y desigualdades en el acceso.
Las terapias deben combinarse con intervenciones conductuales intensivas: dieta equilibrada, ejercicio físico regular y supervisión profesional (nutricionistas, médicos, farmacéuticos).
Los medicamentos explícitamente mencionados en la guía de la OMS como opciones válidas son:
Para nutricionistas, farmacéuticos, endocrinólogos y otros profesionales , las nuevas directrices suponen una oportunidad para:
Incluir el tratamiento farmacológico como parte de un plan integral de obesidad, combinando asesoramiento nutricional, educación al paciente, soporte conductual y seguimiento clínico.
Evaluar cuidadosa y holísticamente al paciente: antecedentes clínicos, comorbilidades, expectativas, y posibilidad de adherencia a cambios en estilo de vida.
Fomentar un enfoque ético y seguro, evitando tratamientos indiscriminados o fuera de indicación, y asegurando calidad del medicamento, correcto seguimiento y educación sanitaria.
Promover políticas en farmacia y atención primaria para garantizar acceso equitativo, informar adecuadamente a pacientes, y favorecer la prescripción responsable.