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El VI Curso Avanzado sobre Inmunonutrición, Sostenibilidad y Salud, organizado por la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF) bajo la dirección de la Dra. Ascensión Marcos, ha reunido a algunos de los principales especialistas en nutrición, inmunología y metabolismo para analizar cómo la microbiota, los alimentos fermentados y los estilos de vida influyen en el funcionamiento del sistema inmunitario.
Durante la jornada, enmarcada en un programa centrado en alimentación, sostenibilidad y salud pública, los ponentes han presentado nuevas evidencias sobre el papel de la dieta y los patrones de consumo en la respuesta inmune del organismo.
En su intervención inaugural, la Dra. Ascensión Marcos subrayó que una alimentación variada, rica en fibra, vitaminas y polifenoles, combinada con ejercicio, descanso adecuado y buena gestión emocional, es clave para mantener un sistema inmune equilibrado. Recordó que la Dieta Mediterránea continúa siendo uno de los patrones dietéticos mejor respaldados por la evidencia científica: se asocia a menor fragilidad, mejor función cognitiva y una mayor capacidad de respuesta inmunitaria.
La experta también destacó el papel de los alimentos y bebidas fermentadas, incluida la cerveza dentro de un consumo moderado, que pueden favorecer la diversidad microbiana intestinal y contribuir a un mejor estado inmunitario.
La Dra. Lina Badimón abordó la relación entre las bebidas fermentadas y la salud cardiovascular. Según explicó, sus efectos difieren en función del tipo de bebida, cantidad y contexto dietético. “La evidencia disponible indica que un consumo moderado de cerveza puede mejorar ciertos marcadores cardiovasculares y reducir respuestas inflamatorias, siempre dentro de las recomendaciones para adultos sanos”, señaló.
El Dr. Francisco José Tinahones analizó cómo el ayuno intermitente y otros patrones de alimentación pueden modular la microbiota y afectar al eje intestino-cerebro, incluyendo la influencia de bebidas fermentadas en la diversidad microbiana y la función inmunitaria.
En el cierre de la jornada, los expertos coincidieron en que los alimentos ricos en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes deben ser la base de la dieta. Asimismo, recordaron que la incorporación de alimentos y bebidas fermentadas puede contribuir a una microbiota intestinal más diversa y a un sistema inmune más equilibrado.
Respecto a la cerveza, insistieron en que sus posibles beneficios se asocian únicamente a un consumo moderado, acompañado de alimentos y dentro de un estilo de vida mediterráneo. Recordaron las ingestas máximas recomendadas:
Los especialistas también remarcaron la importancia de minimizar situaciones de estrés mantenido, ya que pueden reducir la eficiencia de la respuesta inmunitaria.