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El insomnio es uno de los trastornos del sueño más extendidos. Como explican los expertos de Pileje, este trastorno, más frecuente en la mujer y en aumento con la edad, puede tener consecuencias durante el día, como fatiga, somnolencia, alteraciones de la atención, de la memoria o del humor.
No existe una definición única y universal del término "insomnio". Según la última clasificación internacional de los trastornos del sueño, el insomnio forma parte de uno de los siete grupos de trastornos del sueño identificados, que son:
El insomnio puede considerarse un trastorno del despertar. Según el Barómetro de Salud 2010 realizado por el Instituto Nacional de Prevención y Educación para la Salud de Francia, el insomnio afecta al 15,8 % de las personas de 15 a 85 años: 19,3 % de mujeres y 11,9 % de hombres. Las mujeres sufren insomnio con mayor frecuencia que los hombres. El riesgo de insomnio crónico aumenta en las personas que trabajan con un ritmo desfasado (turnos alternos, trabajo nocturno, etc.).
Los criterios considerados para diagnosticar el insomnio son:
Estos síntomas deben producirse al menos tres veces a la semana, a pesar de unas buenas condiciones de sueño (ausencia de luz y ruido, temperatura adecuada). Según la Société de formation thérapeutique du généraliste, si estos síntomas tienen una duración de 3 meses o más, se habla de insomnio crónico. Un insomnio de ajuste es más bien de corta duración y tiene relación con un acontecimiento puntual que desencadena estrés y una capacidad de adaptación.
Las causas del insomnio pueden ser numerosas y múltiples, a la vez relacionadas con otras enfermedades o trastornos del sueño y/o psicológicos. Una consulta específica y la realización de una agenda del sueño son medios de evaluación para diagnosticar un insomnio, valorar su gravedad y detectar una eventual causa. La melatonina o plantas como la eschscholtzia o la valeriana también pueden acompañar al tratamiento de algunos trastornos.
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