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Mantener una vida activa y saludable es posible sin seguir dietas extremas ni obsesionarse con cada caloría, disfrutando de la comida y de la práctica habitual del deporte.
En un mundo donde cada semana aparece una nueva dieta o solución milagro, Eztizen Pérez, experta en nutrición Decathlon, lo expone claro: el secreto está en el equilibrio, no en la restricción.
"Lo esencial es ver la nutrición como una aliada para sentirte mejor y rendir más, en lugar de convertirla en un motivo de control o, peor aún, de culpa", explica. Y lo cierto es que la obsesión por “comer perfecto” es más común de lo que parece: según estudios un porcentaje alto de las personas activas ha intentado seguir una dieta restrictiva en el último año, y casi la mitad reconoce haber sentido culpa tras comer algo fuera del plan.
Nos ha pasado a todos: un día te obsesionas con comer perfecto, al siguiente te sientes mal por un capricho. Huir de las dietas extremas y evitar que la comida se convierta en una obsesión son claves, recuerda Eztizen, para mantener un estilo de vida saludable y sostenible a largo plazo.
Eztizen lo resume en una frase: “El ingrediente secreto de la constancia es el disfrute”. Si entendemos la comida como castigo, el cambio nunca será sostenible. De hecho, estudios confirman que disfrutar de lo que se come mejora la digestión, regula el apetito y favorece la adherencia a los hábitos saludables.
Porque sí, comer con placer también es una forma de autocuidado.
"Cuando comemos con disfrute, cultivamos una relación positiva con la comida. Y eso, a largo plazo, se traduce en más energía, mejor ánimo y mayor rendimiento", explica la experta.
Para mantener la energía a tope, ya sea en el gimnasio, en una carrera o en la vida diaria, Eztizen propone tres grupos de alimentos que deberían estar siempre en el radar:
"La clave está en la combinación perfecta: un puñado de nueces con avena por la mañana o unas lentejas con arroz integral al mediodía son la fórmula ganadora para cuerpo y mente", añade.
Para optimizar el rendimiento, la nutrición también debe adaptarse al momento del entrenamiento.
Antes de entrenar, es fundamental cargar el cuerpo con energía estable. Eztizen recomienda optar por carbohidratos de absorción lenta, como la avena, el pan integral o la fruta, acompañados de pequeñas dosis de proteína, que preparan los músculos sin sobrecargar la digestión. En cambio, conviene evitar las grasas antes de entrenar, ya que ralentizan la digestión y pueden hacer que el cuerpo se sienta más pesado durante el esfuerzo.
Después del ejercicio, el enfoque cambia completamente: el objetivo es reparar y reponer. Aquí entran en juego las proteínas: pollo, pescado o legumbres, que ayudan a reconstruir las fibras musculares, y los carbohidratos de absorción rápida, como frutas, arroz o pasta, que recargan las reservas de glucógeno. También es recomendable incluir pequeñas cantidades de grasas saludables, que facilitan la absorción de vitaminas, y, por supuesto, mantener una buena hidratación con agua y electrolitos para restablecer el equilibrio del cuerpo.
Desde Decathlon, la misión de Eztizen es clara: “Queremos ayudar a que la gente vea la nutrición como una herramienta de bienestar, no como una fuente de presión”.
La clave está en educar, acompañar y ofrecer soluciones accesibles: productos, accesorios y asesoramiento para que cada persona pueda cuidar su cuerpo de forma sencilla y equilibrada.
Comer bien también es disfrutar, y disfrutar es sentirse bien, fuerte y con energía para cada entrenamiento.
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