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Ante la popularización del uso de fármacos GLP-1 para bajar de peso a partir los 40 años, Domma, empresa especializada en investigación y el desarrollo de tratamientos naturales para la mujer, alerta que éstos conllevan "pérdida muscular, efecto rebote y otros riesgos asociados, como la sarcopenia", y no abordan la profunda transformación metabólica del climaterio
Domma ha constatado que el cambio metabólico profundo que se da en la madurez tiene como efecto acumulación de más grasa abdominal, pérdida de masa muscular, disminución de la energía, dificultades para regular el apetito o mantener el peso, incluso entre las mujeres que hacen ejercicio de manera regular. Debido a ello, "muchas terminan acudiendo a soluciones farmacológicas costosas, sin atender a la raíz del problema metabólico".
Los populares fármacos agonistas de GLP-1 actúan rápidamente al reducir el apetito y retrasar el vaciado gástrico, logrando pérdidas de peso notables. Gracias a ello desde 2019 su uso se ha disparado, sobre todo en mujeres de 40-64 años, con aumentos próximos al 200% anual.
Sin embargo, el aumento de peso durante la menopausia muchas veces está ligado al descenso de estrógenos y a un desequilibrio metabólico subyacente que hay que subsanar y que "hoy se aborda de forma fragmentada y con tendencia a la medicalización del peso", señalan Mireia Roca y Cristina Martínez, las fundadoras de Domma.
DOMMA señala que, si bien las terapias agonistas GLP-1 pueden ser útiles en algunos casos concretos, en general no deberían ser el tratamiento de primera elección para perder peso en el climaterio. "Estos fármacos tienen efectos secundarios que pueden exacerbar los efectos de la profunda transformación metabólica que atraviesa la mujer en la madurez", destaca Raquel Clapés, nutricionista especializada en menopausia de DOMMA.
Según la experta, "una parte relevante del peso perdido será masa magra (no solo grasa), generan dependencia y efecto rebote si se abandona el tratamiento, suponen un coste elevado y recurrente para la paciente y conllevan otros riesgos asociados, como mayor vulnerabilidad a la sarcopenia o efectos metabólicos negativos (menor gasto calórico en reposo, más dificultad para mantener el peso), que no se pueden ignorar".
"No deberían ser la única estrategia o la estrategia principal para la mayoría de mujeres en menopausia, una etapa en la que preservar el músculo es clave para la salud metabólica y la calidad de vida", alerta.
El 86% de las mujeres consultadas por la compañía afirma que preferiría optar por tratamientos no farmacológicos eficaces para abordar la sintomatología del climaterio.
En esta línea, Domma ha lanzado recientemente al mercado En Forma, una alternativa no farmacológica y natural para el apoyo de la mujer de una forma holística, ya que pretende apoyar parámetros claves para la salud metabólica: peso, músculo, hueso y corazón. "Este suplemento, acompañado de un programa de ejercicio físico y nutrición, logra tener un impacto real, efectivo y sostenible en el tiempo", aseguran.
Clapés insiste en que es crucial que el ejercicio físico sea la estrategia preferente para mejorar la salud metabólica de la mujer madura. Priorizar el deporte no solo conllevará perder peso, sino que reportará beneficios en el control de la glucosa y factores de riesgo cardiovascular, clave para la prevención de enfermedades crónicas futuras.
Descarga el informe Metabilismo y menopausia de Domma al final de esta noticia.