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La III Jornada de actualización ginecológica y urológica en el ámbito de la atención primaria, organizada en Bilbao por las secciones de Urología y Medicina Familiar y Comunitaria de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, trataron las infecciones urinarias de repetición en mujeres y el manejo del paciente después de un cólico nefrítico, entre otros temas.
Los ponentes de la jornada fueron el Dr. Pereira Arias, jefe del departamento de Urología en Urología Clínica Bilbao-Clínica IMQ Zorrotzaurre; el Dr. Jorge Robalino Aldaz, urólogo de este mismo centro hospitalario; y el Dr. Borja Otero, ginecólogo del Hospital Universitario Cruces y del Instituto de Ginecología y Obstetricia Bilbao-Clínica IMQ Zorrotzaurre. La presentación de las jornada corrió a cargo de los presidentes de ambas secciones de la Academia, los doctores José Gregorio Pereira Arias (Urología) y José Manuel llamazares (Medicina Familiar y Comunitaria).
El Dr. Jorge Robalino Aldaz, urólogo de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, desgranó ante la audiencia de profesionales sanitarios y estudiantes de ciencias de la salud la ponencia ‘Síntomas del tracto urinario inferior (STUI): más allá de la hiperplasia benigna de próstata’.
Los síntomas del tracto urinario inferior, según puso de relieve, son una de las causas de consulta más frecuentes en atención primaria y urología. «Estos síntomas, que incluyen la urgencia, la incontinencia, el aumento de la frecuencia miccional o la dificultad para vaciar la vejiga, afectan de forma importante la calidad de vida y generan un elevado coste sanitario».
El experto advirtió en su conferencia que, «aunque históricamente estos síntomas del tracto urinario inferior se asociaban al varón por su relación con la hiperplasia benigna de próstata, hoy se sabe que son también muy prevalentes en mujeres, donde permanecen a menudo infradiagnosticados y subtratados, en parte por la tendencia a normalizarlos como “cosas de la edad”. Conviene desvincular el concepto de síntomas del tracto urinario inferior con respecto a la hiperplasia benigna de próstata y centrar el manejo en los síntomas concretos del paciente».
Durante su intervención, el urólogo de IMQ destacó la magnitud del problema: «en España, más del 25% de las mujeres y el 7% de los hombres mayores de 40 años presentan el síndrome de vejiga hiperactiva, mientras que los síntomas urinarios afectan a cerca del 40% de los varones mayores de 50 años, cifra que aumenta hasta el 88 % en mayores de 80 años. La incontinencia urinaria también muestra una prevalencia creciente, afectando a la mitad de las mujeres en edad avanzada».
El experto llamó la atención sobre la importancia de una evaluación clínica «minuciosa», que contemple «los hábitos de vida, el uso de medicamentos y una descripción detallada de los síntomas». Herramientas como el IPSS en hombres o los cuestionarios ICIQ-SF y OAB-q en mujeres «permiten cuantificar el impacto de los síntomas del tracto urinario inferior en la calidad de vida y orientar el tratamiento de forma más precisa», añadió.
Antes de iniciar cualquier tratamiento sintomático es «esencial» descartar causas graves o diferenciales. La piedra angular del manejo de los síntomas del tracto urinario inferior radica, tal y como explicó el Dr. Robalino, en «la correcta identificación y cuantificación de los síntomas. No tratamos una próstata, tratamos un paciente con síntomas concretos».
Respecto al manejo, el urólogo de IMQ abogó por priorizar las intervenciones no farmacológicas como primera línea, añadiendo como consejos: «reducir la ingesta de cafeína y líquidos, controlar el peso, tratar el estreñimiento y realizar un entrenamiento vesical o rehabilitación del suelo pélvico».
En los casos en los que es necesario un abordaje farmacológico, la elección del tratamiento depende del tipo de síntoma predominante y la valoración del especialista en cada caso. «Los alfa-bloqueantes mejoran los síntomas de vaciado, mientras que los antimuscarínicos y los agonistas beta-3 resultan eficaces para los de llenado, con combinaciones indicadas en pacientes con mayor riesgo de progresión o volumen prostático elevado. En mujeres, los estrógenos tópicos y los agonistas beta-3 representan opciones seguras y efectivas», manifestó el especialista.
La III Jornada de actualización ginecológica y urológica en el ámbito de la atención primaria contó con la colaboración de Astellas Pharma.